Ese mismo día, nos acercaron hasta la zona más turística de La Habana. Allí pasamos el día inmersos en La Habana Vieja rodeados de música, colores, olores y el bullicio de gente de todas partes del mundo sin parar de reír, cantar y bailar. La gente se lo pasaba bien.

En esta Habana tan feliz, visitamos lugares preciosos como La Catedral, el Mural de los Ilustres, la Plaza Vieja, la famosa calle Obispo, la Plaza de Armas y la Bodeguita del Medio, entre otros.

En La Catedral tuvimos el placer de conocer a Adela, una encantadora mujer que se dedica a la Santería y que podréis charlar con ella si os acercáis algún día de estos a la Habana, ya que se sienta en la plaza para adivinar el futuro de los visitantes así como también hacerse fotos con ellos.

Quisimos acercarnos para conocer acerca de su espiritualidad, y ella abiertamente nos habló del sincretismo, una religión común en Cuba, una mezcla entre la Yoruba africana y el Catolicismo. Dicha creencia se origina cuando parte de la población africana fue llevada a Cuba como esclavos a la que se le introdujo en el Catolicismo, pero como ellos no querían perder su religión, mezclaron ambas.

De esta manera ellos creen en los Orishas, unas deídades que todas tienen su

correspondencia con algún santo en el Catolicismo. Por ejemplo: Shangó es Santa Bárbara, Ochún es la Virgen de la Caridad del Cobre (patrona de Cuba), Oggún es San Pedro y Obbatalá es la Virgen de las Mercedes (patrona de Barcelona).