Ya estamos instaladas en el Sanatorio de San Juan de Dios de la Habana
Hemos llegado sin ningún percance aereoportuario y con un jet lag bien llevado.
Lo primero que nos gustaría compartir es la gran hospitalidad que hemos sentido por parte de los hermanos de San Juan de Dios, del pueblo cubano y de todos los profesionales que forman parte de la institución.
Nuestro primer día empieza conociendo las instalaciones del Hogar San Rafael y Sanatorio de San Juan de Dios, centros dónde se respira paz y tranquilidad. Los dos centros estan muy cercanos, los desplazamientos los realizamos gracias a Landy y su guagua.
Después de estar primer contacto, nos ponemos manos a la obra a organizar los talleres y actividades que vamos a llevar a cabo durante este mes .
Llega el fin de semana y nos vamos a conocer la Habana de la mano del hermano José Luis que nos hizo de guía turístico por la ciudad. La Habana es un lugar único dónde a pesar de 60 años de reveses sigue siendo un lugar alegre y abierto, dónde no falta la música en directo y el baile por sus calles.
Visítamos los lugares más emblemáticos y también hemos podido degustar la gastronomía cubana, todo ello acompañadas de nuestro fieles amigos cubanos: el calor y la humedad.
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