Llegamos a Cuba
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Publicat el 04 de juliol de 2017
Por fin llegó el día, por fin llegamos a Cuba a la que tanto anhelábamos conocer. Nada más al bajar del avión nos adentramos en una realidad diferente a la conocida.
Estábamos expectantes y deseosos de salir fuera, a las calles cubanas, a vivir una nueva aventura, a crecer más y más profesional y personalmente.
Pero no fue así. Al menos no inmediatamente, ya que, uno de nosotros tuvo que pasar un control más exhaustivo en el aeropuerto. ¿El motivo? Un micrófono. En una de las maletas llevábamos un micrófono inalámbrico (que no funcionaba) para una actividad que queremos preparar. Resulta que si llevas un micrófono inalámbrico a Cuba tienes que pedir un permiso, hecho que nosotros desconocíamos. Así que después del eterno viaje, estuvimos cuatro largas horas en el control donde tuvimos la oportunidad empezar a sentir el cálido y húmedo clima cubano sobre nuestra propia piel. Así que ya sabéis, si queréis ir a Cuba con un micrófono inalámbrico ¡más os vale pedir un permiso!
Finalmente, tras nuestro periplo por el aeropuerto nos encontramos con el Hermano José Luís, quien resultó ser encantador a pesar del tiempo que le hicimos esperar. Él nos dio la bienvenida a Cuba y nos llevó hasta el Hogar Clínica San Rafael de Marianao, en La Habana donde nos acogerán los hermanos de la orden a lo largo del mes.
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